Impuesto General sobre el Tráfico de Empresas IGTE
La necesidad de modernizar el sistema tributario y armonizarlo con los estándares europeos llevó a la derogación parcial del IGTE y a la adopción del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) el 1 de enero de 1986, como parte de las condiciones para la integración de España en la Comunidad Económica Europea.
¿Qué es el Impuesto General sobre el Tráfico de Empresas?
El Impuesto General sobre el Tráfico de Empresas fue un tributo indirecto español, vigente entre 1964-1986, que gravaba operaciones comerciales mediante un sistema en cascada, reemplazado posteriormente por el IVA.
Todo esto como parte de los requisitos para la integración de España en la Comunidad Económica Europea.
Este impuesto se caracterizaba por gravar las operaciones de tráfico de empresas, incluyendo ventas, obras, servicios y otras transacciones comerciales, mediante un sistema de tributación en cascada.
Esto implicaba que cada etapa del proceso productivo y de distribución era objeto de gravamen, incrementando la carga fiscal en función del número de transacciones intermedias realizadas antes de llegar al consumidor final.
Desventajas frente al IVA
La naturaleza del IGTE, siendo un impuesto en cascada, presentaba ciertas desventajas comparativas frente al IVA, especialmente por su impacto en la asignación de recursos económicos, incentivando ciclos productivos cortos y la concentración empresarial debido a la dificultad de determinar con precisión las cargas tributarias soportadas por los productos exportados.
Esto resultaba en complicaciones tanto para los exportadores, que podían recibir compensaciones inadecuadas, como para la administración fiscal, que enfrentaba el desafío de gestionar estas compensaciones de manera eficiente y justa.
A diferencia del IGTE, el IVA se destaca por su neutralidad y transparencia, tanto en el ámbito interno como internacional.
Permite una exacta cuantificación de la carga tributaria en cada producto y en cada fase de su proceso productivo, sin interferir en los ajustes fronterizos y garantizando una imposición equitativa en las importaciones y exportaciones.
Operaciones que gravaba
El IGTE aplicaba a una amplia gama de operaciones comerciales y profesionales, incluidas las ventas y entregas de bienes y servicios, arrendamientos y ciertas importaciones, aunque también presentaba una lista de exclusiones específicas que no estaban sujetas al impuesto, como ciertas transacciones de bienes inmuebles y operaciones realizadas por comerciantes minoristas o productores agrícolas directos.
Los sujetos pasivos del impuesto eran principalmente fabricantes, industriales y comerciantes mayoristas, así como prestadores de servicios y arrendadores, entre otros.
Transición del IGTE al establecimiento del IVA
La transición del Impuesto General sobre el Tráfico de Empresas (IGTE) al IVA en España marcó un cambio fundamental en la estructura tributaria del país, alineándose con los estándares de la Unión Europea para facilitar su adhesión a esta comunidad.
El IGTE, implementado en 1964, se caracterizaba por su sistema de tributación en cascada, gravando todas las fases del sistema productivo, lo que podía resultar en una carga fiscal más alta para el consumidor final.
Este sistema fue reemplazado por el IVA el 1 de enero de 1986, introduciendo un impuesto indirecto que gravaba el consumo de bienes y servicios en todas las etapas de producción y distribución, pero sólo sobre el valor añadido en cada una de ellas, evitando la doble imposición inherente al IGTE.
La implementación del IVA se realizó en tres fases, estableciendo tipos general, reducido y superreducido para diferentes categorías de bienes y servicios, con el objetivo de financiar el gasto público y contribuir al desarrollo económico y social del país.
Este cambio no solo simplificó el sistema tributario español, haciéndolo más transparente y eficiente, sino que también armonizó las políticas fiscales de España con las de otros países miembros de la Unión Europea, facilitando el comercio y la inversión entre ellos.
El paso del IGTE al IVA representó, por tanto, un avance significativo en la modernización del sistema tributario español, mejorando su capacidad recaudatoria y su justicia fiscal, y jugando un papel crucial en la integración de España en la economía europea.
Reflexiones en torno al impacto del IVA
- Ecuador implementa devolución del IVA para personas con discapacidad, enfocado en bienes de primera necesidad.
- Bolivia ofrece devolución parcial del IVA a personas con ingresos bajos, calculada automáticamente o por solicitud.
- Uruguay no cobra IVA a compras de hogares vulnerables, usando tarjetas de programas sociales.
- Expertos advierten sobre el impacto regresivo de aumentar el IVA, afectando principalmente a los de ingresos bajos.
- La simplificación del sistema tributario es sugerida como medida para reducir la evasión y mejorar la recaudación.